LOS AUTOS AHORA SON COMPUTADORAS MÓVILES.
Durante la última década, la industria automotriz se ha transformado para satisfacer la demanda de automóviles eléctricos y más digitales, que están superando a los teléfonos inteligentes como los "dispositivos móviles" más complejos del planeta. En consecuencia, los nuevos vehículos deben protegerse como las plataformas informáticas en las que se han convertido.
Sin las medidas de ciberseguridad adecuadas dentro de los vehículos, las características que van desde simples puertos de carga hasta sistemas completos de piloto automático son vulnerables a la manipulación desde el interior o el exterior del vehículo.
Ahora, las estaciones de carga de vehículos eléctricos (EV) también están siendo objeto de ataques cibernéticos, lo que revela la necesidad de mejorar la seguridad tanto en los EV como en la infraestructura que los respalda. Las pantallas de las estaciones de carga han sido pirateadas para mostrar mensajes políticos y contenido ofensivo, además de aprovechar la conexión del cargador al EV para disminuir la capacidad de la batería del EV, desactivar los frenos y tomar el control del mecanismo de dirección. Los piratas informáticos también han encontrado formas de "retener el vehículo o la estación de carga para pedir rescate".
Las organizaciones pueden adelantarse a los posibles problemas de seguridad cibernética al examinar sus procesos de gobierno y desarrollo de vehículos con miras a garantizar la seguridad adecuada desde el momento en que se especifica inicialmente un nuevo vehículo. Desafortunadamente, este enfoque proactivo se pasa por alto con demasiada frecuencia a favor de aumentar la velocidad de comercialización de un nuevo vehículo y, en algunos casos, reducir los costos.
Los fabricantes y proveedores de automóviles deben hacer de la seguridad una consideración primordial, coherente y exhaustiva a lo largo de los procesos de desarrollo de productos y gestión del ciclo de vida, cumpliendo con los requisitos normativos y de cumplimiento de la industria. La seguridad debe mantenerse hasta el final de la vida útil del vehículo o, como mínimo, hasta el final del soporte de seguridad cibernética informado por adelantado por el fabricante, lo que ocurra primero.
Si las medidas de seguridad cibernética se incorporan a fondo, el cambio en curso hacia los automóviles constantemente conectados será un salto adelante universalmente positivo para los usuarios. En ausencia de una seguridad adecuada, los actores de amenazas solo se volverán más peligrosos, explotando nuevas oportunidades para interrumpir la vida diaria en las carreteras y en las estaciones de energía.